Ver demasiado - No hacer Suficiente
"Un hombre blanco perfectamente bien alimentado observa cómo una niña africana se muere de hambre ante la mirada expectante de un buitre. El hombre blanco hace fotos de la escena durante 20 minutos. No es que las primeras no fueran buenas, es que con un poco de colaboración del ave carroñera le salía una de premio, seguro. Niña famélica con nariz en el polvo y buitre al acecho: bien; no todos los días se conseguía una imagen así. Pero lo ideal sería que el buitre se acercara un poco más a la niña y extendiese las alas. El abrazo macabro de la muerte, el buitre Drácula como metáfora de la hambruna africana. ¡Ésa sí que sería una foto! Pero el hombre esperó y esperó, y no pasó nada. El buitre, tieso como si temiera hacer huir a su presa si agitara las alas. Pasados los 20 minutos, el hombre, rendido, se fue.
No se debería de haber desesperado. Una de las fotos se publicó en la portada de The New York Times y acabó ganando un premio Pulitzer. Pero incluso así se desesperó. Y mucho. El hombre blanco era un fotógrafo profesional llamado Kevin Carter. A los dos meses de recibir el premio en Nueva York se suicidó.
Hay dos preguntas. La primera, ¿por qué se suicidó? La segunda, ¿por qué no ayudó a la niña? La respuesta a la primera es relativamente fácil. La respuesta a la segunda es más interesante."
Extraido del Pais.com
Inspirada por el blog "Viaje a Ninguna Parte" y los comentarios de sus lectores me he decidido a publicar esta estremecedora historia de egoismo e hipocresia.
Egoismo por parte del fotografo, hipocresia por gran parte de la opinión pública.
Al leer ese texto esta reflexión vino a mi cabeza:
Su podredumbre interior lo llevo al suicidio. No estuvo mal que hiciese la foto, sabemos de cosas asi gracias a fotografos y reporteros. No estuvo mal que le diesen un premio por esa foto, pues es crudisima y plasma la realidad de esos seres humano. LO que estuvo mal fue no espantar al buitre, lo que estuvo mal fue no tener huevos de acercarse a esa niña, tomarla entre sus brazos e intentar salvarla, tuviese o no tuviese ya remedio. La foto ya estaba echada, el premio ganado, ya podia salvarla, no?
Pero no lo hizo, no lo intento, le daba nauseas acercarse a esa cosita rodeada de moscas, “el ciclo natural” tal vez penso en ese momento. Su condena fue, que en su acomodada vida, vio tantisimas veces esa foto que comprendio que esa cosita rodeada de moscas era una persona. ¡Como no acabar con su vida!
Decidida a publicar esto segui investigando el porque de la foto y los hechos que acontecieron despues. Kevin Carter, vivia para la fotografia y dedicó su vida a fotografiar la desgracia y la decadencia que la guerra provoca en Sudafrica.
"Para poder hacer ese trabajo es necesario blindarse, armarse de una coraza emocional. No se puede responder a lo que uno ve como un ser humano normal. La cámara funciona como una barrera que lo protege a uno del miedo y del horror, e incluso de la compasión." (cita textual)
Y asi es, asi es la vida de los corresponsales de guerra, y ellos nos muestran lo que alli ocurre, la verdad, la cruda realidad.
Armado con esa coraza y bucando tanto fama (es cierto) como conmover a una sociedad cada vez mas dura ante el dolor ajeno, aguantó y aguantó ante esa escena. El no era un humano, era una camara de fotos.
Pero, como bien decia, esa fotografia lo persiguió, el propio exito lo ahogó, porque, solo cuando solto la camara y vio la fotografia sin su coraza, vió que habia dejado morir a un igual, y toda la agonia soportada tras la camara, todo el horror plasmado es su retina, junto con la muerte de un compañero en un fuego cruzado, lo aplastaron.
Y es que no hay nada mas duro que pensar que pudiste hacer y no hiciste.
La culpa es asesina y justa a partes dificilmente mesurables.
Gracia por leer.